Por Enrique Hernández Domínguez

No todo son tareas y resoplidos ante lo que mandan los profesores. El equilibrio entre lo que ocurre entre las paredes de la escuela o de la academia y el resto es la clave en el avance como persona. Si uno se centra en uno de los dos extremos, está perdido.

Formarse bien en el pupitre es tan básico como hacerlo en la calle, siendo ambas complementarias, pero no únicas en su práctica. ¿Qué te gusta hacer? ¿Eres de baloncesto, tocas la guitarra o quieres salir a correr? Hazlo.

Complementa lo que quieres ser con lo que eres, creciendo poco a poco sin quemarte, dando rienda suelta a tus deseos. Las clases son lo primero, la formación será lo que te dé opciones de cara a tu futuro.

De ello dependerá si eres Usain Bolt o uno más del pelotón. Pero también tendrás que divertirte, asentar lo aprendido y ser consciente de que hay más cosas que los libros de texto. Complementa y avanza.